UN BUEN LÍDER SIEMPRE JUEGA AL AJEDREZ

El liderazgo de equipos es un tema apasionante a la vez que complejo. Los organigramas de la gran mayoría de empresas con cierto número de empleados se han convertido en pequeños galimatías, en apariencia lógicos pero en la práctica selváticos.
Dado que la verdadera evolución digital de cualquier compañía debe desarrollarse sobre una cultura colaborativa, ágil y sobre todo humana, el tipo de liderazgo que se ejerza sobre los equipos marcará la pauta del éxito o el fracaso del proyecto o de la eficacia del departamento, según sea el caso.
El anticuado concepto de jefe va desapareciendo deviniendo en manager cuyo objetivo final debe ser convertirse en un líder que guíe eficazmente con las herramientas de que disponga.
El Manager que juega a damas con su equipo se caracteriza por tratar a todos por igual en cuanto a capacidades. Aún quizá sabiendo las diferencias entre los distintos miembros mantiene una filosofía de ineficaz estandarización que inevitablemente conlleva una degradación del nivel exigible.
Sus consecuencias son previsibles: frustración en los miembros con mayor capacidad y acomodamiento en los de menos. Y el resultado global es triste aunque demasiado frecuente: equidad que premia a la mediocridad y rendimiento muy por debajo del realmente exigible.
Por otro lado, existen auténticos Líderes que prefieren guiar a sus equipos hacia el mayor punto de desarrollo personal, al nivel de rendimiento al que cada uno se permita llegar. Eso implica entender sus conocimientos y sus habilidades relacionales además de potenciar su grado de positividad.
Consecuentemente, jugar así supone un mayor trabajo de comprensión y estrategia ya que la partida se desarrolla sobre el mismo tablero pero los ”recursos” cambian. Las mecánicas y repetidas damas dan paso a las variadas piezas de ajedrez, cada una con funciones y expectativas diferentes.

Adicionalmente, cada una de esas piezas humanas utiliza una Estrategia relacional determinada (véase Estrategias del Comportamiento) y de esa rica interacción surgen conflictos, oportunidades, alianzas, barreras….Todo ello permite entender el valor diferencial de cada miembro y trabajarlos unidos para conseguir el mismo objetivo común: ganar la partida.
El ajedrez es un juego maravilloso. Permite que la pieza menos dotada de capacidades, el peón, pueda llegar a ser el protagonista del movimiento ganador. Permite millones de diferentes desarrollos con un número reducido de recursos. Permite combinaciones de piezas que defienden, que atacan, que se mueven coordinadamente con un fin común.
De ahí que un verdadero líder digital, sea cual sea su Estrategia, no debería conformarse con coronar en dama con cualquiera de las piezas de su equipo si no en conseguir triunfar coordinando hábilmente a todos los miembros de su equipo.

Dany Bertolin
e-Stratego